Los visitantes que se acercan al pabellón de la provincia, además de llevarse una idea de la riqueza cultural y natural de Zaragoza, se marchan también con algunos objetos de recuerdo. Si hace algunos días les presentábamos los molinillos que hacen las delicias de los más pequeños, hoy es el turno de los abanicos. Un producto que, dado el intenso calor que aprieta en este verano en el meandro de Ranillas, es de los que más éxito tiene. Los informadores turísticos del pabellón ofrecen siempre con la mejor de sus miradas todos y cada uno de estos recuerdos.
07 agosto 2008
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