Tratar de reproducir los aspectos más clásicos y significantes de la Fiesta Mayor Aragonesa, utilizando sobre todo la iconografía y bestiario festivo. De esta forma se había planteado la Expo la Fiesta de la Cultura Tradicional Aragonesa que este viernes, finalmente, ha tenido lugar en el recinto.Así se lo había imaginado y así ha sucedido gracias, sobre todo, a la participación de los municipios de la provincia de Zaragoza. En concreto, los visitantes que se han acercado en este puente hasta Ranillas han podido disfrutar de los vistosos dances de Bujaraloz y Tauste; los gigantes de Belchite, Villamayor de Gállego, Novillas, La Almunia de Doña Godina, Gallur y el propio Tauste, así como de la animación de grupos de Borja, Cetina, Tarazona y Calatayud. Además, un grupo de mujeres jugadoras de bolos de Used han enseñado su destreza en este antiguo deporte y han causado sensación entre el público congregado.
Como maestros de ceremonias ha actuado la única banda musical invitada a la cita, la de Épila, que ha acompañado a la cabalgata con sus mejores piezas. En total, cerca de una cincuentena de músicos epilenses han presidido la ceremonia y han marcado el ritmo de la fiesta durante todo el día.
La huella de la provincia zaragozana también se ha fijado mediante los colores reinantes entre el personal de organización del evento. El rojo y amarillo típico del disfraz del Cipotegato turiasonense corrían de un lado a otro de la comparsa y muchos curiosos preguntaban a qué respondían. “De una de las mejores fiestas de Aragón”, contestaban enorgullecidos desde la charanga.
Así, las trece localidades zaragozanas han vuelto a evidenciar en la Expo el importante acervo cultural que atesoran; virtudes folclóricas y paisajísticas que sólo han quedado por debajo del don de sus gentes. “¡Qué majos son!”, comentaba una pareja de barceloneses tras intercambiar impresiones con miembros del paloteau de Bujaraloz.
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