El Buste, Grisel, Lituénigo, Los Fayos, Malón, Novallas, San Martín del Moncayo, Torrellas, Vierlas, Santa Cruz de Moncayo han llegado este martes hasta el pabellón de la provincia para celebrar su jornada en la muestra internacional de Zaragoza. Los alcaldes de estas localidades han querido poner en relieve el peso importante que tiene la presencia del Queiles en la zona y han hecho hincapié en las mejores que va a suponer el embalse de Val para todos ellos.
Además, han animado la jornada en el pabellón gracias a las actividades que han traído y que han entusiasmado a los visitantes. Por ejemplo, desde Santa Cruz de Moncayo ha llegado el alfarero José Manuel Val que ha realizado una exhibición de este antiguo oficio que se encuentra en decadencia. Val ha admitido que las dificultades provienen de los cambios en las costumbres de los hogares aragoneses que ya no utilizan ollería de barro pero también del alto coste de este tipo de obras.
No obstante, su trabajo ha sido seguido por muchos visitantes. Con su torno, barro y agua ha realizado varias piezas y se ha dedicado, principalmente, a enseñar cómo se hace esta labor. Mucha gente, en especial niños, se han acercado a las puertas del pabellón atraídos por la idea de trabajar el barro y aprender algunos pequeños trucos del oficio de alfarero.
Justo después de esta muestra ha sido el turno de la Rondalla de Santa Cruz de Moncayo que ha cantado y bailado muchos de los temas más conocidos del amplio repertorio de la jota aragonesa. La fuerza de la voz de los cantantes, el ritmo de las castañuelas y los medidos pasos de los bailarines han gustado a un público que ha agradecido el esfuerzo de los joteros con un sonoro aplauso.
Tras esta actuación, la mañana ha concluido con una degustación del vino de las bodegas de Vierlas. Un vino tinto joven que muchos han saboreado por primera vez y que, acompañado de algo de frutos secos, han servido para recobrar fuerzas para proseguir la visita de hoy a la Exposición Internacional.
Más imágenes en nuestra galería Flickr
Además, han animado la jornada en el pabellón gracias a las actividades que han traído y que han entusiasmado a los visitantes. Por ejemplo, desde Santa Cruz de Moncayo ha llegado el alfarero José Manuel Val que ha realizado una exhibición de este antiguo oficio que se encuentra en decadencia. Val ha admitido que las dificultades provienen de los cambios en las costumbres de los hogares aragoneses que ya no utilizan ollería de barro pero también del alto coste de este tipo de obras.
No obstante, su trabajo ha sido seguido por muchos visitantes. Con su torno, barro y agua ha realizado varias piezas y se ha dedicado, principalmente, a enseñar cómo se hace esta labor. Mucha gente, en especial niños, se han acercado a las puertas del pabellón atraídos por la idea de trabajar el barro y aprender algunos pequeños trucos del oficio de alfarero.
Justo después de esta muestra ha sido el turno de la Rondalla de Santa Cruz de Moncayo que ha cantado y bailado muchos de los temas más conocidos del amplio repertorio de la jota aragonesa. La fuerza de la voz de los cantantes, el ritmo de las castañuelas y los medidos pasos de los bailarines han gustado a un público que ha agradecido el esfuerzo de los joteros con un sonoro aplauso.
Tras esta actuación, la mañana ha concluido con una degustación del vino de las bodegas de Vierlas. Un vino tinto joven que muchos han saboreado por primera vez y que, acompañado de algo de frutos secos, han servido para recobrar fuerzas para proseguir la visita de hoy a la Exposición Internacional.
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