
Según ha explicado él mismo, a Fluvi le gusta pasearse por los pabellones de la Expo para “conocer en persona” lo que allí acontece. “Me gusta este, es muy visual”, ha comentado en referencia a la instalación de la provincia.
Fluvi venía acompañado de Raspa (el malo de los dibujos) pero, como ha explicado, este último no ha podido subir hasta el primer piso del edificio donde se encuentra el pabellón “dadas sus dimensiones”. La cola de Raspa, cabe decir, no entra en las escaleras.
Al salir de la instalación, Fluvi se ha hecho una foto con las informadoras turísticas que trabajaban por la mañana. Emocionadas, éstas le han deseado buena suerte y le han pedido que se vuelva a pasar por el pabellón de la provincia. Aquí lo contaremos...
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